Análisis de legibilidad de tipografías
Con el fin de poder desarrollar materiales didácticos mejor adaptados a las necesidades especiales de una parte importante del alumnado (y de la que se beneficiarán realmente todos los alumnos) se ha llevado a cabo un test para comprobar el grado de legibilidad de diferentes fuentes tipográficas.

Para ello, en primer lugar, se han seleccionado diferentes tipografías aconsejadas para las adaptaciones de materiales didácticos para alumnos con dislexia y dificultades en la comprensión lectora.
Despúes se han establecido diferentes tamaños de letra e interlineados y, finalmente, se han escogido otras fuentes no recomendadas junto con alguna de obvia dificultad para verificar la validez de las respuestas.
El texto escogido para la prueba ha sido la versión castellana de El Principito, al que se le han realizado pequeños cambios para adecuar la longitud de los textos.
Para llevar a cabo el análisis hemos contado con 72 pruebas que han sido filtradas en función de la puntuación que recibiesen las tipografías 4, (8) y 10, ya que forman parte de las fuentes desaconsejadas. Estas tipografías, y en especial la número 10, Bradley Hand ITC, han sido escogidas para determinar la comprensión de la tarea por parte del alumnado y la consecuente valided de los datos recopilados del estudio.
El resultado y la conclusión de la prueba han sido interesantes.
Por un lado, se confirma que las fuentes tipográficas comunmente recomendadas para facilitar la lectura para el alumnado con dislexia y problemas de comprensión lectora, como son Calibre, Arial o Dyslexie, son las mejor valoradas.
Por otro lado, la preferencia por la fuente tipográfica Dyslexie queda en entredicho, ya que, aún recibiendo puntuaciones muy altas (media de 9/10), algunos alumnos con dislexia y dificultad en la comprensión lectora han manifestado dificultades para leer con esta tipografía.
Por este motivo, la conclusión de esta prueba es que se recomienda el uso de las fuentes tipográficas Calibre o Arial para párrafos y textos largos, mientras que la tipografía Dyslexie podría emplearse en oraciones independientes y títulos o epígrafes para aprovechar su valor estético.